Con motivo de las restricciones de la pandemia, la Comunidad Valenciana ha lanzado unos bonos de turismo para que los valencianos podamos disfrutar del turismo sin salir de la terreta. Podéis encontrar información en la web oficial de la GVA.
Las bonificaciones son del 70% del precio final de la reserva, con un mínimo de dos noches. La bonificacion se aplica también con media pensión y spa.
Asi que nosotros aprovechamos al máximo la promoción y reservamos dos noches en el hotel balneario VILLA GADEA DE ALTEA.
LLegamos al hotel el viernes a medio día. Reservamos una habitación superior con balcón y vistas al mar. Media pensión y circuito Spa para dos.
Con el descuento del 70% pagamos por todo el paquete 180 euros /2 personas. No está nada mal, ¿verdad? El precio final superaba los 600 euros. Así que pudimos disfrutar de un hotelazo con un precio mucho mejor!
Fuimos en noviembre y nos hizo un tiempazo. Pudimos disfrutar de un finde de desconexión paseando por las playas de Altea, paseando por el casco antiguo, comiendo rico en el hotel y disfrutando de su spa (aunque este último tengo que decir que a mi, Marta, no me gustó demasiado)
Asi que aquí os dejamos unas cuantas fotos del hotel y de nuestro finde por Altea.
Todas las comidas (desayuno y cena) se servían en el comedor que está en la planta baja. Se notaba la reducción de aforo pero el buffet estaba lleno de comida y estaba todo muy rico.
Mi amiga Anna, que es de Altea, nos recomendó una ruta para llegar al centro de Altea desde nuestro hotel. La verdad es que es un camino precioso. Mitad por playa mitad por campo. Durante el recorrido disfrutas de varias de las playas más bonitas de Altea.
Si queréis llegar paseando al casco antiguo tan sólo tenéis que salir del hotel y bajar las escaleras hasta la playa. Después podéis empezar a pasear hacia la derecha. Cruzaréis distintas playas, y cuando lleguéis a una farmacia debéis cruzar el semaforo que hay delante que os llevará por un camino semi peatonal.
Pasead por ese camino y os llevará junto a la via del tren.
Seguid por ese camino rural hasta que lleguéis al rio. Ahí debéis de ir por la derecha y cruzar el puente. Habréis entrado en el centro de Altea. Os recomendamos que una vez empecéis a ver muchas tiendas y bares preguntéis cual es le mejor camino para subir. Es fácil y rápido y nosotros no encontramos a mucha gente así que pudimos hacer fotos bonitas.
Una vez arriba, en la plaza, nos sentamos a tomar algo disfrutando del solecito. Por culpa del covid no había mucho turista por lo que pudimos disfrutar de Altea con apenas gente
Para volver al hotel cogimos taxi. En la parada de taxis había varios así que nos costó poco volver al hotel. El trayecto que apenas duró 5 minutos nos costó 10 euros.
Descansamos un poco y luego nos preparamos para bajar al spa. A Adri le encantan los spas pero yo no soy muy devota porqué suelen ser muy básicos y con instalaciones pequeñas para la gente que dejan acceder.
Se supone que con el tema covid éramos pocos pero yo me agobié enseguida. Éramos varias parejas y apenas habían chorros. Además, cuando te imaginas un spa en invierno piensas en el agua calentita, pues en este spa el agua no estaba calentita, estaba medio fría, así que yo me salí enseguida.
TIP: Justo al lado del spa está la piscina cubierta del hotel. Yo no volvería a pagar el spa y usaría esa, que además también tiene algun chorro.
Después del spa nos fuimos a comer rico al buffet. Había muchos platos diferentes así que cenamos fenomenal.
El domingo nos levantamos, desayunamos y fuimos a recorrer las instalaciones del hotel y la playa que está justo delante.
Nos gustó mucho el hotel y el fin de semana de relax en Altea. No hicimos gran cosa pero recargamos pilas a tope. Así que si queréis un buen hotel en Altea para desconectar esta es una opción genial.
Además seguro que en verano, con el calorcito valenciano, seguro que se disfruta mucho de estas maravillosas piscinas.