Hace dos semanas decidimos cambiar de aires y disfrutar de un fin de semana de relax. Con todas las restricciones que tenemos por la Covid hace falta modificar un poco nuestra rutina y si es viajando mejor.
Los valencianos como el resto de españoles también tenemos cierre perimetral, así que hay que aprovecharlo para poder disfrutar del turismo en la terreta. Aquí tenemos hoteles maravillosos y hay que visitarlos.
Conocíamos VILA SIRA por instagram desde su inicio. Siempre nos había parecido un sitio con mucho encanto pero todavía no habíamos podido visitarlo, así que había que ponerle remedio.
Reservamos dos noches y nos regalaron otra más, ya que Valencia capital, ese fin de semana, estaba cerrada perimetralmente hasta el lunes a las 6 de la mañana, por lo que si o si había que hacer noche. La noche en habitación sencilla nos costó 110 euros con desayuno incluido.
El hotel nos encantó, tanto por sus instalaciones, el personal como por su comida. Todo de 10!. Así que si os apetece un finde de desconexión os lo recomendamos 100%, porqué además no sólo podréis descansar, sino que también podréis hacer actividades de todo tipo.
Requena se encuentra a 20 minutos en coche, y allí podréis visitar alguna bodega o pasear por sus calles. Por eso si queréis disfrutar de un fin de semana como el nuestro tomad nota, os vamos a explicar lo que hicimos.
NUESTRO FIN DE SEMANA EN VILA SIRA
Llegamos al hotel el viernes después de comer. Nos recibieron con una copa de champagne y a continuación nos dieron la llave de la habitación.
El hotel cuenta con varios tipos de habitaciones. Sencilla, superior y suite. Nosotros escogimos una sencilla y nos resultó muy mona y cómoda.
Subimos a dejar las maletas y acto seguido fuimos a inspeccionar todo el hotel. Los exteriores son chulísimos. Cuenta con una piscina al aire libre que en verano debe ser una auténtica gozada.
Junto a la piscina hay un mirador a los viñedos con tumbonas para poder disfrutar de la puesta del sol. Una maravilla. Allí nos sentamos a pasar la tarde.
En la Comunidad Valenciana la hostelería no tiene servicio en el local, pero Vila Sira al ser un hotel si puede dar servicio de restauración a sus huéspedes.
Teníamos varias opciones, o pedir servicio de habitaciones, con una carta de frios y calientes tipo tapeo o cena a la carta en el restaurante.
Nosotros el primer día quisimos bajar a cenar al restaurante. Estábamos solos. La mayoría de los huéspedes se encontraba haciendo una experiencia que nosotros hicimos el sábado. La cena estuvo fenomenal. La comida riquísima.
Pedimos cuatro platos diferentes para compartir. Steak tartar de longaniza de Requena, hummus con pato, ensaladilla rusa y pulpo a la brasa.
El postre nos lo tomamos junto a la chimenea disfrutando de su calorcito con unos cafés, antes de irnos a descansar.
El sábado nos levantamos prontito. Por tema covid el desayuno te lo sirven en la habitación, pero nosotros preguntamos si podíamos tomarlo en uno de los saloncitos que tiene el hotel y no nos pusieron ningún problema. A la hora que les dijimos nos subieron el desayuno.
No es buffet, sino que escoges un bocadillo y te lo sirven con zumo, café y croissant de cereales. Todo muy rico.
Después de desayunar pusimos rumbo a Requena. Habíamos reservado una visita a las bodegas urbanas de Murviedro con cata de vienes y embutidos. El precio de la entrada por persona es de 15 euros, incluye cata de 5 vinos + embutidos+ obsequio. Si queréis hacer la cata sólo con dos vinos y sin embutidos+ obsequio el precio es de 7 euros.
A las 12:00 h empezó nuestra visita privada. Ahora por tema covid no pueden hacer visitas en grupo así que fue una gozada. Verónica nos explicó toda la historia de la bodega y el vino que en esta en concreto hacían.
Nos hicieron un recorrido por las cuevas y su historia y posteriormente pudimos probar varios de sus vinos junto a una selección de ibéricos. Al terminar nos regalaron dos botellas de vino
Una vez salimos de la bodega fuimos a conocer el casco antiguo de Requena. Paseamos por todas sus calles, con apenas gente. Es una pena porqué estamos seguros de que Requena con la hostería abierta debe ser un bullicio de gente con sus plazas llenas de gente. Debe ser un ambiente chulo, pero nosotros fuimos un fin de semana que estaba todo cerrado.
Después de toda la mañana de paseo por Requena decidimos volver a nuestro hotel, no sin antes pasar a conocer alguna de las aldeas por las que pasas antes de llegar.
A las 20:00 h estábamos convocados para comenzar la experiencia WINE NOT? EXPERIENCE.
Su precio es de 35 euros por persona, y nosotros la recomendamos al 100%.
Comenzamos con una cata de vinos Murviedro en la bodega del hotel. A continuación nos fueron bajando por grupos a los trullos de la bodega. Aquí es donde empieza la mágia.
Te sumerges como en decorado de película con decoración decadente pero todo cuidado al más mínimo detalle. Cada pareja tenía su propio espacio privado dentro de los trullos con una cena preparada con productos y vino de la zona. No pudimos estar más a gusto.
El domingo decidimos conocer los alrededores del hotel. Después de un desayuno tardío fuimos a inspeccionar los viñedos que rodean Vila Sira.
No vimos a nadie, y fuimos paseando por esas viñas con un solecito digno de primavera. Había que hacer hambre, ya que habíamos reservado mesa en el restaurante para comer y sabíamos que comeríamos rico rico.
Después de una caminata de 2 horas estábamos de vuelta en el hotel. Para las comidas hay menú cerrado que cuesta 28 euros sin bebida. Debes escoger dos entrantes , un principal y postre. (Tienes varias opciones a elegir)
Nosotros pedimos de entrantes crema de setas con huevo a 60º y foe, tartar de tomate con ventresta y gazpacho de piparra, steak tartar de longaliza de Requena, tarta de salmón con aguacate y mango.
De principal carrillera confitada con parmentiere de patata y reducción de bobal y secreto a la brasa con crema chimichurri.
Por la noche pedimos servicio de habitaciones. Estábamos empachados de la comida así que pedimos una pizza. Riquísima.
El lunes por la mañana tomamos el desayuno junto a la chimenea. Tocaba volver a la normalidad y que mejor forma de hacerlo que con un rico desayuno.
Nos despedimos de Vila Sira con muchas ganas de volver. Gran experiencia con una gran anfitriona como es Ana, su dueña, que desde nuestra llegada estuvo atenta a cada detalle de nuestra estancia.